El Tesoro escondido en el Desierto
En el desierto de
Sangari hubo un hombre con tal gran riqueza y poder que en ese tiempo era
inigualable por ningún otro. Este hombre tenía un ejército de miles de soldados
que protegían en su castillo, un castillo que esta localizado en una parte del
desierto donde las tormentas de arena son interminables debido a la atmósfera.
El castillo se encontraba oculto en una zona conocida por los viajeros como
``El Pasaje de los Perdidos´´, en la
parte donde esta el ojo de la tormenta.
Aquellos que se atrevían
a ir por esos caminos llenos de peligros sin saber como andar por ahí, no
regresaban jamás, nunca se les volvía a ver, nadie sabía que les ocurría a
aquellos que iban por aquella parte de desierto.
Pero si existe la
historia de un hombre que logro cruzar el desierto y conocía bien el camino que
se debía recorrer para logra llegar a la zona del ojo de aquella interminable
tormenta, donde quedaba un amplio espacio en la arena, y solo aquel hombre
conocía la manera de lograrlo, aquel hombre era llamado Ilvanda, El rey de la
arena.
Un día, un numeroso
ejército se dirigía hacia las cercanías del castillo, e inmediatamente se
conoció la situación Ilvanda fue avisado, al saber esto Ilvanda se da cuenta de
que una gran batalla se librará por el terreno del ojo de la tormenta, lo que
provocó que reaccionara de tal manera que manda a preparar a sus hombres para
la batalla. Fue una batalla épica, pero la tormenta era más fuerte que nunca
antes, los enemigos de Ilvanda, e incluso sus propios hombres eran consumidos
por la gran tormenta de arena interminable. Ningún hombre sobrevivió a la
batalla, ni siquiera Ilvanda, dejando su gran fortuna atrás, y empezando así la
leyenda del gran terroso del desierto escondido en el castillo del centro de la
tormenta que nunca termina, cuya leyenda resuena por generaciones por todo el
desierto, y fuera del el.
Pasaron ya más de 200
años y la leyenda se convertía en mito. Nadie podía encontrar ese tesoro
escondido. Todo aquel que se atrevía a buscarle no regresaba jamás, adentrarse
allí era considerado suicidio. Pero en un pequeño pueblo cerca del desierto la
leyenda seguía latente en el corazón de Uriel, un joven que iniciaba un largo viaje
a través del desierto para poder llegar a su destino. Uriel sale de aquel
pueblo temprano para poder recorrer aquel largo camino de 4 días para recorrerlo en el menor
tiempo posible, él quería acortarlo por cualquier medio.
En el camino Uriel se encuentra con unas enormes dunas
que Debía atravesar, él no sabía hacia donde se dirigía, pero de seguro se
encontraría con la tormenta del desierto. Uriel sube esas dunas y camina por aquel
valle hasta encontrarse con esta gran y repentina tormenta. Uriel ve esa
tormenta y se pregunta: ``¿De dónde rayos salió esta tormenta?´´. Uriel sigue
caminando a través de la tormenta, mientras avanzaba se encuentra con esqueletos
de personas en la arena. En ese momento
Uriel recuerda aquella historia que le contaban cuando era niño, quizás era
aquella tormenta que lo llevaría hacia
el tesoro escondido en el desierto.
Uriel ve que no
podía atravesar aquella inmensa tormenta y pensó: ``estoy atrapado, esta
tormenta no pasara nunca, ¿qué hago?´´ Uriel siguió caminando con los fuerte
vientos y con los azotes de arena dando sobre su cuerpo y llenando sus ropas de arena y su cuerpo de
numerosas heridas, pero cuando estaba a punto de caer y morir en tal feroz
tormenta Uriel llega a un espacio calmado y tranquilo, era el ojo de la
tormenta, cuando alza su mirada se da cuenta de que había encontrando el
castillo del tesoro y naciendo así a un nuevo rey del ojo de la tormenta, una
nueva leyenda.
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