domingo, 30 de junio de 2013

Lagrima Del Sol

Lagrima del sol



Era un caluroso verano, como ningún otro desde hace mucho tiempo. El sol resplandecía tan fuerte y tan brillante que no me daba cuenta en donde me encontraba, mis ojos estaban entrecerrados viendo el paisaje, tan hermoso era ese lugar que nadie nunca negaría su belleza.

 Desde aquel pequeño monte veía el océano, la playa y la arena rozar con el mar y ahí estaba yo, viendo como una luz densa que baja del cielo. Esa luz salía del sol como una gota de luz que venia de un lugar muy lejano que estaba a fuera de mi alcance. Un momento después ya no podía ver aquella luz que pasaba por en sima de mi, tan pronto dejé de verla escuche un estruendo tan grande que al parecer se pudo escuchar casi en toda la planicie. Fui a ver lo que sucedía  en aquel lugar donde calló aquella luz que provenía del cielo. Una ves que llegue al lugar, pude ver aquella luz, era como una piedra dorada cubierta por el fuego, de un color dorado como si el sol hubiese llorado una lagrima; en ese momento me pregunte: ``¿Esto es… una lagrima de sol?´´.

La verdad, no sabía lo que estaba aconteciendo y no sabia por que a aquella luz consumida por el fuego dejaba de brillar. Su brillo se desvanecía con el atardecer y con la entrada de la obscuridad. ``Esta oscureciendo´´, dije en tono bajo, y vi que esa lagrima dejó de brillar para mostrar una roca dorada con forma de gota de agua que mostraba un color como el sol. Tomé aquella roca para llevarla conmigo a mi casa ya que era de noche.


Al llegar a mi casa fui y dejé la roca encima del gabinete que esta pegado a la pared cerca de la cama, luego me acosté. Cuando amanecía sentí un dulce resplandor en mis ojos, que me hacia sentir como si el sol se encontrara dentro de mi habitación. Me levanté para ver aquello que brilla, y (creo que todos ustedes lo saben) era aquella hermosa piedra que refleja la cálida luz del sol en la mañana, esa gota dorada que hacia parte de nuestro mundo ahora. Ese mismo día lleve la roca a una cueva donde podía mantener aquella hermosa gota dorada viva y brillante, esa gota que brillaba con el sol. ¿Por qué decidí esto? porque en aquel lugar fue donde le declaré mi amor a lo más preciado que tengo en mi vida, mi amor eterno. Ella vera esta roca que fue un deseo de mi corazón oculto muy dentro de mi. En el lugar donde le declaré mi amor desde lo más profundo de mi corazón. Y así, ese hermoso y espectacular brillo alumbrará su corazón para el resto de toda la eternidad. Porque en mi corazón esto fue una lagrima tuya, Selene. ¡¡Adiós hasta siempre!!

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